Traducido por Edu Montesanti

Queridos invitados y hermanos,
Hace 29 años, la Asociación Revolucionaria de Mujeres de Afganistán (RAWA) perdió a su gran lÃder, Meena, una mujer que se habÃa convertido en la espina de los ojos de los ocupantes rusos, sus lacayos internos y fundamentalistas, con sus amplias y efectivas actividades entre las mujeres de nuestro paÃs.
La martir Meena creÃa profundamente que las mujeres afganas no podÃan alcanzar sus derechos e igualdad, sin una lucha unida y organizada en los frentes económicos, sociales y culturales. Por eso, creó una organización fuerte e independiente cuando era una joven estudiante universitaria.

Una joven miembro de RAWA discursa el monólogo.
El asesino Gulbuddinis, erróneamente, pensó que RAWA serÃa destruida con el asesinato de Meena y sus dos colegas. Sus declarados enemigos habÃan pensado que, al estrangular a Meena, matarÃan la lucha libertadora de las mujeres, pero Meena fue inmortalizada en la heroica lucha revolucionaria de las mujeres dejando una organización polÃtica.
RAWA, inspirada en la sangre de su lÃder Meena, continuó su lucha contra el régimen tÃtere de Rusia y los fundamentalistas criminales más resueltamente que antes. Las actividades de RAWA se expandieron, y se reconoció en todo el mundo como la única organización que verdaderamente luchó contra los traidores fundamentalistas y sus partidarios extranjeros.
Queridos amigos,
Hoy dÃa nuestra gente, y especialmente nuestras malogradas mujeres, están viviendo en la peor situación posible bajo la ocupación de Estados Unidos y sus aliados. Si ayer las chicas como Nahid saltaron de los edificios para salvar su honor de los yihadistas sanguinarios, y mujeres como Zarmina fueron fusiladas en estadios de fútbol por los talibanes ignorantes, hoy la situación de las mujeres ha empeorado.
Los dolores de Farkhunda gritan, quien fue aplastada por un grupo de matones ignorantes bajo la nariz del gobierno corrupto de la mafia en Kabul, los gritos agonizantes de Rukhshana mientras fue apedreada por asesinos, y los gritos de miles de otras vÃctimas todavÃa ecoan en todo nuestro paÃs. Estos incidentes retratan las desgracias cada vez mayores de las mujeres, que suceden cada dÃa.
Estados Unidos y la OTAN devastaron a nuestro paÃs con excusas de "derechos de la mujer", "democracia" y "guerra contra el terrorismo". En realidad, instalaron los elementos más misóginos, los yihadistas y los tecnócratas traidores quienes convirtieron Afganistán en infierno para las mujeres afganas.
Como nuestra martir Meena siempre dijo, nuestros gritos nunca deben ser silenciados bajo ninguna circunstancia, y si la bandera de la independencia, de la libertad, de la democracia y de la justicia social caen, las mujeres afganas deben romper las arduas barreras que enfrentan, y alcanzar nuestros derechos.
Hoy, prestemos juramento una vez más, que no nos detengamos en este camino de alcanzar las aspiraciones revolucionarias de Meena, y su vida y enseñanzas seguirán inspirándonos en nuestra lucha.
Originalmente publicado el 5 de febrero de 2016