The Revolutionary Association of the Women of Afghanistan (RAWA)
RAWA


 

 

Alto Aragón, April 9, 2010

“Cuando una mujer aprende a leer y escribir se siente más fuerte”

La activista afgana Mariam Rawi habló ayer en Huesca sobre la situación de la mujer en su país

Sara CIRIA

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Mariam Rawi, a la izquierda, tiene que ocultar su cara por motivos de seguridad. | PABLO SEGURA

HUESCA.- "El 11 de septiembre fue una buena oportunidad para los países occidentales de invadir Afganistán en el nombre de la libertad y la lucha contra el terrorismo. Pero en la práctica lo que sucedió fue que la situación de las mujeres va a peor". La afgana Mariam Rawi impartió ayer una conferencia en Huesca sobre la situación y los derechos de la mujer en su país, invitada por el Colectivo de Mujeres Feministas.

La activista pertenece a Rawa, una asociación revolucionaria de mujeres que trabaja en la clandestinidad. "Es difícil ser mujer y feminista en Afganistán, porque aparte del conflicto político, el fundamentalismo y las fuerzas de ocupación, la sociedad dificulta el feminismo y el activismo político y social", señala. Prueba de ello es que la organización nunca se ha podido legalizar y trabaja en la clandestinidad. Sus integrantes han de ocultar sus caras y su identidad y a veces evitan llevar documentación. "Cuando voy a Afganistán me cubro con un burka. Muchos de los programas de atención y orfanatos no pueden funcionar con nuestro nombre y trabajamos con redes de amigos", explica.

La organización tiene su base en Afganistán y la componen exclusivamente mujeres, aunque hay hombres que la apoyan, además de numerosas entidades internacionales. Internet les permite mantener contacto con otras organizaciones de apoyo como feministas o grupos antibelicistas, de Estados Unidos y Europa principalmente. Con su gira por España quiere dar a conocer su organización. "Hasta ahora no teníamos contactos en España, por lo que el principal objetivo de mi visita es empezar a trabajar para encontrar apoyos aquí". En su gira por este país ha estado en ciudades como Zaragoza y Teruel. Tras su paso ayer por Huesca estará hoy en Jaca y cerrará este periplo en Barcelona.

Rawa nació en 1977 y desde entonces desarrolla en la clandestinidad su labor política y social en favor de los derechos de las mujeres y la justicia social en un Afganistán democrático y laico. Mariam Rawi fue educada en las escuelas secretas de la asociación en los campos de exilio afganos y ha viajado por los cinco continentes representando a la organización.

Suyos son muchos artículos de denuncia sobre la situación que vive su país, como el titulado "Rule of the rapist", (La ley de los violadores), que movió muchas conciencias tras su publicación en el periódico británico The Guardian .

DERECHOS BÁSICOS

Al hablar de feminismo, Mariam Rawi puntualiza que su concepto difiere del occidental, porque las circunstancias de vida de su país también son distintas. "Cuando hablamos de los derechos de la mujer en Afganistán nos referimos a derechos muy básicos, como el derecho a sobrevivir, a tener seguridad o a la sanidad. Afganistán tiene la tasa de mortalidad más alta del mundo, y es simplemente porque no hay cuidado en absoluto para las mujeres durante el embarazo o para la infancia. Las chicas tienen hijos nada más casarse, con quince o dieciséis años", explica. Organizaciones como la suya luchan por los derechos humanos fundamentales, "que desgraciadamente faltan a todos, no sólo a las mujeres".

Rawi denuncia que la prensa internacional a veces se lleva una impresión falsa al visitar la capital. "En Kabul puedes ver algunas escuelas, mujeres en la vida pública que trabajan, pero cuando dejas la capital, es difícil encontrar a chicas en la escuela o trabajando".

La vida cotidiana no es fácil para las mujeres de su organización, pero nadie está a salvo. "La falta de seguridad es el mayor problema para todos: mujeres y hombres, ricos y pobres, los que viven en ciudades y en el campo". Rawi señala como responsables de la situación a las tropas extranjeras y los ataques suicidas talibanes, pero también a grupos militares fundamentalistas cercanos al Gobierno del país. Rawi reside actualmente en Pakistán, aunque viaja regularmente a Afganistán, donde vive parte de su familia. La frontera entre ambos países permanece abierta, y son muchos los que cruzan habitualmente en busca de mayor seguridad.

LA EDUCACIÓN COMO VEHÍCULO DE CAMBIO

Pertenecer a una organización como Rawa y creer en su trabajo y la educación le ayuda a pensar que las cosas pueden cambiar. "Cuando una mujer aprende simplemente a leer y escribir, se siente mejor, más fuerte, capaz de tomar decisiones por ella misma y su familia". El problema en países como el suyo, Pakistán e India es que "las mujeres nunca supieron sobre sus derechos, lo que pueden y son capaces de hacer, el problema es la falta de información". Mariam Rawi confía en el papel de la educación como vehículo de cambio. "En las áreas donde hay educación, las familias abren más su mente a sus posibilidades", asegura.

El suyo es un país que en los últimos años ha sufrido varias guerras y ocupaciones. En 1992, con la toma del poder fundamentalista y la destrucción total de la ciudad, el sentimiento en la población es que las condiciones de vida van hacia atrás. "Mi abuela fue una de las pocas mujeres de su época en tener educación superior. Mi madre tuvo educación y un trabajo", recuerda. "La vida, especialmente en grandes ciudades, era diferente. Eso no significa que la sociedad fuera totalmente correcta, pero Afganistán iba en el camino del progreso, de ser una sociedad moderna".

Primero con la ocupación soviética, y especialmente con el fundamentalismo, todo cambió. "Cuando tuve la edad de ir al colegio no pude ir", lamenta. Cuando habla de fundamentalistas se refiere a los grupos apoyados por Estados Unidos durante la ocupación soviética, que fueron haciéndose fuertes y actualmente siguen perteneciendo al Gobierno, o en grupos de poder.

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