Rojo y Negro, February 15, 2011


La Asociación Revolucionaria de Mujeres de Afganistán

RAWA siempre ha mantenido que no hay ningún país que pueda brindar libertad y democracia a otro

El pasado 13 de diciembre la organización Revolutionary Association of the Women of Afghanistan (RAWA) dio una conferencia titulada “Afganistán con ojos de mujer” en Valladolid. RAWA trabaja por la paz, la libertad, la democracia y los derechos de las mujeres desde 1977 en su país. En su página web aparece la siguiente leyenda: “si eres amante de la libertad y antifundamentalista, estás con RAWA”.

RAWA manifestación el 28 de abril

Quiero expresaros mi gratitud de todo corazón en nombre de la Asociación Revolucionaria de las Mujeres de Afganistán (RAWA) por haberme invitado para que os cuente la realidad de Afganistán.

10 años atrás, el gobierno norteamericano y sus aliados lograron legitimar su invasión military en Afganistán y engañar al pueblo de Estados Unidos y del mundo entero ondeando las banderas de la “liberación de las mujeres afganas”, la “democracia” y la “guerra contra el terrorismo”.

A nuestro pueblo, que había sido atormentado y oprimido por el dominio talibán, le embargó la esperanza de un Afganistán libre y en paz, tras 30 años de guerra, pero en seguida el sueño fue destrozado de manera cruel, porque al establecer el gobierno títere de Karzai, Estados Unidos volvió a utilizar a sus criaturas y continuó sus negocios con los señores de la guerra, fundamentalistas y criminales.

Desde el comienzo, Karzai y sus amos norteamericanos ningunearon las demandas del pueblo y eligieron juntarse con os asesinos de la “Alianza del Norte” (los mismos que arruinaron nuestra tierra entre 1992 y 1996) y colocaron sus sucios rostros en los puestos clave del gobierno. Al contrario de lo que pretenden los

ministros y otros altos cargos igualmente sinvergüenzas, nuestra gente se siente más desdichada que nunca; el país -en tanto que uno de los más corruptos y peligrosos del planeta- se ha convertido en un estado mafioso y la violación de los derechos básicos de hombres, mujeres e infancia no tiene parangón en la historia de Afganistán.

La recolocación y empoderamiento de los viejos violadores, asesinos y saqueadores fundamentalistas, ha sido una realidad dolorosa y la causa principal de las presentes condiciones desastrosas en Afganistán.

Muy desde el inicio, RAWA insistió en que mientras los fundamentalistas estén presentes en Afganistán como una fuerza militar en la escena política, no podemos esperar el imperio de la democracia, los derechos de las mujeres, la paz, la seguridad y la erradicación del terrorismo. Y ahora podemos ver nuestras declaraciones han demostrado que estaban en lo cierto, tras ocho años de ocupación por parte de Estados Unidos y la OTAN.

La consigna de la llamada “guerra contra el terror”, la presencia de más de 70000 tropas extranjeras de más de cuarenta estados y el derroche de miles de millones de dólares, no han podido traer ni una sola señal de cambio positive respecto a la estabilidad, seguridad y paz y en cambio han echado a Afganistán y a la region en manos de grupos terroristas, más que nunca antes. Hasta los altos cargos norteamericanos reconocen que los talibán son hoy más fuertes que en 2001.


- Como hemos presenciado durante la pasada década, a pesar de las declaraciones intoxicadas de Estados Unidos y sus aliados, las mujeres afganas están sufriendo una catástrofe mucho peor que bajo el dominio misógino de los talibán.

Las violaciones de niñas de 3 años hasta abuelas de 75 están a la orden del día y aumentan con horrible intensidad, sin mencionar los frecuentes secuestros, trata de blancas con muchachas, matrimonios forzosos, violaciones en grupo, violencia doméstica o ataques con ácido.

La autoinmolación cometida por mujeres jóvenes y adultas ha alcanzado unos límites inéditos en la historia de Afganistán. En los pasados años unas 2300 mujeres se han autoinmolado.

Este tipo de historias son lo habitual y lo que relatan los medios de comunicación es solo la punta del iceberg. Estados Unidos trata de aprovecharse del dolor de las mujeres afganas y los medios quieren hacer creer que el origen del sufrimiento de las mujeres está en la violencia doméstica, pero esto no es así porque incluso la violencia doméstica tiene sus raíces en la forma de gobernar y en la política. Porque no debería existir ninguna ley ni ningún gobierno que animara a los hombres a tratar con inmunidad a las mujeres peor que a los animales. La policía y las autoridades están implicadas en todos estos casos.

- Otra justificación para ocupar Afganistán fue traernos la democracia, pero solo con ver en qué lamentable situación están nuestros periodistas hay bastante para desenmascarar la democracia burlesca en nuestro país. Todas las organizaciones serias y democráticas no pueden trabajar abiertamente a causa de la falta de seguridad, al igual que RAWA. Podemos ver el ejemplo de Malalai Joya, a quien el autoproclamado gobierno democrático expulsó del parlamento por ser la única voz que ha defendido la verdad y ha representado al pueblo.

En un país como el mío que se ha convertido en un narcoestado, la democracia no tiene cabida.

En los últimos años, se ha alcanzado el record de producir el 93% del opio del mundo en Afganistán. Los altos cargos afganos y la mafia internacional tienen las manos metidas en este negocio. Estados Unidos y la OTAN indirectamente facilitan este tipo de cultivo y su comercio, porque el control de una ruta que mueve miles de millones forma parte de la agenda oculta de EEUU en Afganistán.

El peso de la corrupción en Afganistán ha alcanzado tal peso que hasta los líderes de EEUU como Obama y Hillary Clinton la mencionan.

Recientemente Afganistán ha recibido entre 15 y 20 mil millones de dólares en ayuda, pero no se ha empleado en el bienestar de la gente y en la reconstrucción del país y en cambio se ha desperdiciado sobre todo en llenar los bolsillos de oenegés nacionales e internacionales, narcotraficantes, altos funcionarios y señores de la guerra. Más del 85% del pueblo afgano sobrevive en la pobreza y algunas familias se ven obligadas a vender a sus criaturas por unos pocos dólares. En nombre del mercado libre, un puñado se han hecho ricos y el resto, la aplastante mayoría, es más pobre si cabe. El drama de la auténtica naturaleza de la llamada “guerra contra el terrorismo” perpetrada por Estados Unidos se va desenmascarando.

Somos testigos del asesinato de miles de inocentes entre nuestros paisanos en nombre de la “persecución de terroristas”, mientras por otro lado negocian con esos bárbaros fascistas llamados talibán y pretenden etiquetar a una parte como “moderados” para compartir el poder con ellos. Estos actos de demagogia muestran de nuevo a nuestro pueblo y al mundo entero que el gobierno de Estados Unidos y sus aliados solo persiguen sus beneficios estratégicos, económicos y políticos en Afganistán, mientras empujan a nuestra gente a una creciente miseria y mayors desastres. Colocar en el poder a los brutales señores de la guerra de la “Alianza del Norte” y convertir Afganistán en el centro mundial de la narcomafia, han sido los dos principales logros de las políticas de las potencias occidentales.

RAWA siempre ha mantenido que no hay ningún país que pueda brindar libertad y democracia a otro. Hoy esa realidad salta a la vista de todo el mundo. Estados Unidos ha vestido a las ratas muertas del pasado con atuendos elegantes y corbatas y los ha soltado contra nuestro pueblo, como si fueran una manada de lobos salvajes.

Una vez más afirmamos que todos los males de nuestro país tienen si origen en la existencia de fuerzas fundamentalistas, ya sean de estilo yihadi o talibán y que mientras este virus no desaparezca del cuerpo de nuestra nación, no veremos la luz de la felicidad y el desarrollo.

La lección que ha aprendido nuestro pueblo del mal trago de la última década en nuestra es que para liberarse los fundamentalistas yihadis y talibán y de sus apoyos extranjeros, no tienen más remedio que ir de la mano de organizaciones democráticas y amantes de la paz, para arrancar del poder a los asesinos con la gran fuerza de la unidad. No existe ningún poder malvado que pueda resistir la potencia de las masas.

Inspiradas por la sangre de nuestra fundadora y por el lamento y la miseria de nuestra nación, las militantes de la Asociación Revolucionaria de las Mujeres de Afganistán (RAWA), nos comprometemos ante nuestra gente oprimida pero amante de la libertad, para seguir adelante con nuestra lucha sin cuartel contra los asesinos, fundamentalistas, sus intelectuales lacayos y sus patrones extranjeros, sin concesiones ni diplomacia. Y en nombre de nuestra mayoría silenciada, vamos a continuar peleando contra esos opresores.

Desde RAWA insistimos una vez más en que quienes aprecien realmente a nuestro pueblo deberían apoyar a sus fuerzas democráticas y no a sus enemigos. Nos honra tener apoyos en Valladolid que van de la mano de sus hermanas afganas contra las políticas equivocadas de los gobernantes. Vuestra solidaridad y vuestro apoyo significan mucho para nosotras. Por lo tanto, por favor, seguid con nosotras.

Muchas gracias.


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